Algo tiene el humo del cigarro, cuando acompaña mi soledad, que me hace extrañarte, desear abrazarte. Quizás sea que mis miedos se han convertido en deseos, mientras el humo del cigarro se consume, y tu voz, tus frases, tu mirada, recorren mi cuerpo, como una especie de corriente que me hace temblar. Basta con decir un “te extraño” para resumir que en cada pausa, en cada suspiro que hago tras la violencia que tienen las clavijas del reloj, te encuentro entre mis pensamientos, que me hacen desear estar contigo, que las horas vuelen para verte y que se detengan en el instante que estoy frente a tu mirada. Mi cigarro ya termina por consumirse… te extraño.
Bicicleta
Hace 12 años
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