Obligado a caminar sobre una cuerda, sin pasibilidades de regresar, obligado a avanzar a pesar del miedo a caer al vacío, al olvido, camina así un payaso de mirada triste, solo tiene la posibilidad de el cómo dar el siguiente paso. Triste por el miedo constante a caer, maquillado para que la tribuna ria de su acto, de sus miedos. Su voz sin habla, grita para ser escuchado, grita su amor a los cuatro vientos y no es escuchado debido a las carcajadas de los espectadores. Su mirada triste perdida, defiende tras sus ojos, sus sueños, esa mirada triste es aliviada frente a aquellos ojos, de aquella espectadora, que no ríe, sino que lo mira con cierto cariño.
Bicicleta
Hace 12 años
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